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Helena Barrera es una ciudadana que disfruta todos los días del Centro Vida del barrio Álvarez. Allí encontró una familia y un refugio para sobrellevar la depresión por la muerte de su hijo.

Fotografía: Prensa Alcaldía de Bucaramanga
Helena Barrera, beneficiaria del Centro Vida Álvarez

Los Centros Vida no solo son un espacio donde van las personas mayores para realizar actividades que les permitan fomentar un envejecimiento activo y saludable, a través de cursos de cocina, bisutería, lencería para el hogar, artes plásticas y música, entre otros, sino que allí pueden crear lazos y sentimientos que solo una familia podría generar.

Este fue el caso de ‘Helenita’, como le dicen en el Centro Vida. La mujer de 80 años, nacida en Málaga, visita este espacio desde hace ocho años. Empezó a participar de los cursos y las actividades en general para distraer su mente, pero con el pasar del tiempo, halló mucho más que eso.

Helena tuvo una pérdida hace 31 años. Su único hijo fue asesinado, (tenía 25 años) estudiaba ingeniería civil, un 7 de abril le arrebataron la vida.

Ella debió hacerse cargo de su nieto de 4 años, además de afrontar todo el dolor de una madre a la que le quitaron su hijo.

A pesar del tiempo, ella sigue con un dolor en el alma. En el Centro Vida le ayudan a sobrellevar la situación, dice que se “siente como en casa” y que solo le falta llevarse la cama. Con cada persona con la que interactúa en este espacio, ve a su hijo y eso la hace seguir adelante.

Desde pequeña tuvo la muerte cerca. Se quedó sin su familia desde los 5 años, cuando sus padres murieron en un accidente de tránsito.

Estas pérdidas han sido alivianadas en el Centro Vida, porque allí encuentra amigos que la hacen sentir en su hogar, hasta el punto de que la llaman ‘mamá’.

“Yo estoy muy agradecida con los profesionales que están en el Centro Vida. Ojalá tuviera una fortuna para dejarles a todos un testamento, porque como personas y como profesionales no se comparan con nadie. Yo no tengo cómo pagarle al Centro Vida, porque todos para mí son mis hijos, yo los adopté”, afirmó Helena.  

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La beneficiaria actualmente toma los cursos de pintura en óleo y de música, además le apasiona cantar y está en el grupo de personas mayores que se invitan a dar presentaciones en diferentes lugares de la ciudad. No desaprovecha la oportunidad para decir que su familia está en el Centro Vida.

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