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El maestro transmite el conocimiento de la robótica para cambiar la visión de muchos jóvenes de un sector con problemas sociales.

Fotografía: tomado de video Cámara de Comercio

El ingeniero de sistemas, Javier Alberto Carrillo Quintero, jamás pensó que con sus enseñanzas lograra, en poco tiempo, impactar a cientos de niños y jóvenes del Colegio Café Madrid al Norte de Bucaramanga.

Su vocación como maestro comenzó con la conformación de un semillero de investigación, que enseñó a niños a programar y a ensamblar un robot.

“Nosotros iniciamos sin ningún robot, ni un solo tornillo de robótica teníamos”, recordó.

Con fe y confianza, y con el préstamo de un robot, 15 días antes de un evento, el grupo intensificó las prácticas.

La prueba de fuego

En Neomundo fue la prueba de fuego y para la sorpresa de quienes tenían más experiencia, el semillero dio frutos y ganó el primero y segundo puesto.

“Para el colegio, para todos, fue algo extraordinario, se preguntaron cómo se ganó un concurso de robótica sin robots”, expresó.

Alzando el trofeo, el docente llegó a su colegio con el semillero y fueron recibidos con admiración y orgullo por estudiantes y directivos de la institución.

Este triunfo avivó más la iniciativa del maestro que empezó a trabajar con mayor ahínco en su semillero.

“Ellos esperaban solo terminar su bachillerato y las posibilidades que habían era la de trabajar en Centroabastos o el trabajo informal”, dijo.

El grupo de estudiantes del Café Madrid demostró, con esfuerzo continuo, que cuando se quiere se puede.

Los resultados por el esfuerzo

Gracias a la persistencia lograron conseguir, con el semillero, el primer lugar nacional en robótica, con un cupo para el mundial en Houston.

La experiencia fue presentada durante el Foro Educativo Municipal, que tuvo como tema central la educación en tiempos de pandemia.  

Conoce más de su historia en el siguiente video.

La historia de Javier Alberto Carrillo Quintero.
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