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Con el fin de verificar el estado actual de El Carrasco, el equipo de la Secretaría Jurídica de la Alcaldía de Bucaramanga realizó una visita para garantizar su continuidad.

Fotografía: Angélica Tello / Prensa Secretaría Jurídica

El relleno sanitario El Carrasco actualmente cuenta con una extensión de 90 hectáreas, una planta de tratamiento de lixiviados, un sitio de disposición final, un parque contemplativo que se construyó sobre la cárcava 1 y una estación de clasificación y aprovechamiento de residuos.

“En este momento contamos con una emisión muy reducida de olores, un tratamiento de lixiviados con una muy alta tecnología y ausencia de aves carroñeras en el sector”, afirma Javier Mauricio Carrillo, director técnico operativo de la EMAB.

En cuanto a la ECA (estación de clasificación) se logra un aprovechamiento del 3% del material reutilizable (aluminio, papel, vidrio y plástico recolectado) para la fabricación de mangueras, recogedores, papel y demás productos, que proveen el sustento económico a más de 500 recicladores censados en el municipio de Bucaramanga. 

La segunda etapa consiste en llevar a la planta de tratamiento de lixiviados el líquido contaminante donde se tratan cerca de 40.000 mg dbo5  (demanda biológica de oxígeno) y se logra la purificación del agua de riego para las plantas y la limpieza de los espacios públicos de este relleno.

Respecto al sitio de disposición final donde inicia la generación de gases derivados de la descomposición del material orgánico (porcentaje de descomposición de 60%) salen las chimeneas que realizan la quema del mismo y permiten la reducción de hasta 24 veces la emisión de gases de efecto invernadero al medio ambiente.

Son mil toneladas diarias las que actualmente llegan al sitio de disposición provenientes de siete municipios: Bucaramanga, Floridablanca, Girón, Piedecuesta, Rionegro, Playón y Matanza. Debido a la decisión judicial que ordenó el cierre de El Carrasco, las inversiones e intervenciones que se han realizado en el lugar han sido limitadas a plazos no superiores a 6 meses debido a que su operatividad se ha condicionado a la vigencia de los decretos de calamidad pública que han expedido los municipios del área metropolitana.

Esto ha impedido que se realicen intervenciones estratégicas para asegurar el funcionamiento a largo plazo, a pesar de contar con estudios técnicos que justifican que el relleno tiene la capacidad para recibir residuos sólidos de los santandereanos por más de 10 años.  

Planta de tratamiento de lixiviados:

La capital santandereana cuenta con una de las pocas plantas de tratamiento de lixiviados del país; esto ha posibilitado que la EMAB sea la única empresa de servicios públicos del oriente colombiano con permiso de vertimiento de aguas a las quebradas aledañas desde el año 2018, ya que la celda de flotación DAF (Disolve Air Flotation) y la tecnología de ósmosis inversa, permiten la purificación y reaprovechamiento del lixiviado en su totalidad. 

El tratamiento de lixiviados por parte de la EMAB contribuye en la conservación del Río de Oro y de la quebrada La Iglesia que ha sido afectada por el vertimiento de aguas negras (cerca de 100 litros por segundo).

Históricamente estas fuentes hídricas han recibido agentes contaminantes por parte de las aguas residuales provenientes del alcantarillado de Bucaramanga y otros municipios que no cuentan con plantas de tratamientos de aguas residuales. 

Cabe resaltar que éste es un problema regional porque el 70% de los residuos solidos de los santandereanos son llevados a El Carrasco, y por lo tanto la búsqueda de una solución definitiva y la financiación de esta, debe involucrar a la Gobernación de Santander. 

Desde la Alcaldía de Bucaramanga se ha propuesto que #ElCarrascoEsLaSolución para los residuos sólidos; ya que si bien no es un camino fácil, ni rápido, ni económico, es posible si se trabaja juntos. 

Por: Angélica Tello / Prensa Secretaría Jurídica

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